Para empezar, no hay una comprobación científica factible para saber que es lo que te provoca ese sentimiento cuando asistes a un concierto o a un festival. Todo lo que se hablará es por experiencias.
El simple hecho de ir a un concierto es un sentimiento agradable, decir que saldrás un poco más allá de tu rutina está bien, a pesar de que te duela el bolsillo por el precio de los boletos. (Recomendación: nunca compren boletos en paginas de reventa, peor tantito, cuando es el día de venta principal. Son caros, y cuando pudieron costarte 1, 500, sales con 4 boletos de precio de casi 3,000. Pero la experiencia cuenta.)
Un concierto se disfruta más que nada porque es el de tu artista favorito. Cuando vas caminando en un centro comercial, y un puesto encuentra que venden los boleto del festival más destacable de la ciudad, y esta tu artista preferido en la line-up y tienes a tu mano una tarjeta de crédito, ¿por qué no comprarlo? Incluso aunque sea de una ciudad que no conozcas del todo, pero para todo hay una primera vez.
Sin embargo, hay excepciones; cuando eres invitado a un concierto de un artista que no es de tu agrado, pero el ambiente es tan genial que terminas cantando sus canciones aunque no conozcas la letra.
En fin, hay muchas situaciones, solo que decir que presenciar una presentación de diferentes géneros, de diferentes maneras y con diferentes perspectivas, te dan un momento de diversión, un recuerdo único y un buen sabor de boca. Te brinda esa relajación que necesitas y terminas diciéndole a un amigo " te recomiendo este artista, saldrás con una experiencia inigualable".